LA VIDA DEL MÚSICO

Por: Frank Nina Apaza

 

Prosiguiendo con la encuesta que venimos realizando sobre las condiciones de vida del Músico en Arequipa, entrevistamos en esta ocasión a un maestro con amplia trayectoria como instrumentista y docente de música en todas las instituciones profesionales de nuestra ciudad, Víctor Manuel Rivadeneira Severino.

 

FN: ¿Cómo se introdujo en el mundo de la música?

VR: Mira, desde muy pequeño, como a los doce años, comencé a hacer música con personas muy añejas, un promedio de 60 años, maestros con quienes hacíamos música, doctores y profesores de la Escuela de Música de Chiclayo, yo tocando el clarinete.

Con ellos toqué como unos cinco años aproximadamente.

También fui un apasionado a la pelota, llegue a buenos equipos, y bueno pues, por cosas del destino postule a la Banda Sinfónica de Fuerza Aérea, la cual agradezco toda mi formación militar, profesional, es por eso siempre digo: “Mi Fuerza Aérea”.

Aproveché en estudiar en el conservatorio cuando estuve en Lima, después con mucho ánimo pedí mi traslado a Arequipa, con la finalidad de tener otras oportunidades.

Para esto, el maestro Leopoldo La Rosa me hablo que había una orquesta sinfónica y todo lo demás, pero preferí seguir otro rumbo y es cuando me presento a la escuela Duncker Lavalle, que en ese entonces estaba en la Avenida Parra. Tuve la oportunidad de agarrar la catedra de profesor de clarinete, después me animaron a que fuera a la UNSA y me recibieron muy bien y por ello que hasta hoy continuo aquí, en la UNAS.

También de manera curiosa llegue al colegio San Juan Bautista de la Salle, y no tenía en mente trabajar en un colegio, pero vi el espíritu con el que esos chicos querían aprender y me contagiaron y me quede allí también.

También por el año 90, 91 más o menos, recibí el reto de dirigir la Sinfónica de Arequipa, a partir de allí despertó en mí mucho más el interés por la dirección, y bueno así es como me gano la vida como músico sin envidiar nada a nadie y ser más ni menos que los demás.

FN: ¿Si tuviera la oportunidad de cambiar su trabajo, que haría?

VR: ¡No, jamás!, lo romántico que soy hacia mi música no lo cambio. Eso que como militar existe la oportunidad de que se pueda trabajar como seguridad, ya que tenemos la instrucción para manejar armamento y muchos retirados de la FAP trabajan así, pero yo no. Lo romántico que soy y lo ocupado que estoy en la UNSA no tuve la necesidad de hacerlo, Bueno y ahí estamos; para mí sería muy difícil cambiar esto, mi música.

FN: ¿Cómo músico usted cree que puede hacer algo por cambiar las condiciones de la sociedad?

VR: Yo creo que sí, para buscar un cambio primero quienes deberíamos cambiar somos nosotros como músicos.

Lo digo en general, porque estoy convencido que la educación comienza en casa porque “en la niñez está el poder”, y hay que educar a los hijos con muchos valores, y creo que la transformación debe ser en uno, “en mi”.

FN: ¿Cree usted que sería conveniente impulsar como docente un “nacionalismo académico”?

VR: Por ahí se debería comenzar, porque se está perdiendo identidad. Estamos siendo educados a lo antiguo y europeo, que es bueno, sí, pero lo nuestro dónde queda.

Así como Rusia tuvo su nacionalismo, aquí también en Perú estaban Iturriaga, Garrido Leca, Leopoldo La Rosa, Teodoro Valcárcel y por ahí otros, pero ¿por qué no hicieron mucho por lo nuestro? Mucha fue su influencia de lo europeo, y poco, casi nada, hicieron por nuestra música.

Peor aún estas generaciones, por la influencia de la tecnología han perdido mucha identidad nacional. Creo yo que para cambiar esto tiene que pasar unas buenas décadas.

FN: ¿Cree que los músicos debemos hace trabajos o investigaciones en etnomusicología en el Perú?

VR: Sí, es muy necesario para esto de lo que estamos hablando, la identidad, el nacionalismo.

Hacer el trabajo de un predicador. A mí me gustaría hacerlo, e incursionar con el fin de buscar aportes. Pero esto va ser bien difícil, dependerá del gobierno que cambie sus políticas nacionales de cultura e identidad nacional para que el peruano tenga su propia identidad.

Por los viajes que tuve vi más enraizada su identidad en Colombia, Cuba, México, Chile y Argentina. Aquí el Ministerio de Cultura debería preocuparse, formar un grupo de investigadores y capacitarlos para que investiguen de manera que se logre el nuevo cambio a una identidad nacional.

También considero un crimen haber quitado el curso de instrucción pre-militar de los colegios, al menos ahí se formaba un amor a la patria.

Bueno, pero hacer este cambio es la política de gobierno hacia la cultura debe cambiar.

FN: ¿Cuál cree que es la imagen del músico en la ciudad?

VR: Muy mala, porque son los mismos músicos son quienes labran su propio porvenir socioeconómico. Como te dije anteriormente: “todo viene de casa”, si uno no se va a querer como individuo, cómo va a hacer que los demás cambien hacia él.

Mi padre con su ejemplo formó eso en mí, a mi padre lo contactaban cuando llegaban los circos internacionales que venían con algunos músicos y para completar buscaban músicos que respondan todo su repertorio y allí lo contrataban a mi padre. Veía como planchaba su ropa para tener una buena imagen.

Es de esa manera que uno comienza a generar su propia situación social y económica a la vez, porque todo entra por los ojos. De lo contrario tendremos la crítica que va hablar mal de uno. En el caso de los músicos, ahí debemos comenzar, así mismo la superación personal-profesional debe nacer en uno, para poder cambiar su situación económica.

FN: ¿Cómo ve la actual situación laboral del músico?

VR: La informalidad está presente en gran parte de la sociedad musical. Por un lado, el descuido y desinterés del gobierno, la falta de un ente que regule la situación de los músicos o mejor dicho de los artistas en general; porque cuando se dé formalidad va a englobar a todos: músicos, pintores, etc.

También está en nosotros mismos buscar el cambio con nuestra propia presentación, profesionalismo, para darnos un lugar, buscar que nos traten como verdaderos profesionales.

Yo trabajo por amor al arte, soy romántico; claro que percibo ingresos porque tenemos necesidades, pero estas nuevas generaciones deben acrecentar su profesionalismo para que cobren dignamente, ya no se puede ser romántico, ya son nuevos tiempos.

Aquí deben juntarse como una asociación pero que tenga esa mira de búsqueda de la formalidad, de forma equitativa.

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