Clarice Lispector o el hermetismo brasileño

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Clarice Lispector nació en Tchetchelnik, Ucrania, en 1920 y fue una de las innovadoras de la literatura brasileña. De familia judía, sus padres migraron a Recife cuando ella tenía dos años. Clarice fue una escritora precoz: a los siete años enviaba cuentos -que sólo eran tales por el invariable comienzo (“Había una vez…”)— que siempre le fueron devueltos, rechazados porque no contaban una historia, sino que describían sensaciones.

Huérfana de madre a los diez años, Clarice estudió en la Universidad Derecho y trabajó como periodista. A los 19 años publicó su primera novela, “Cerca del corazón salvaje”, que  fue premiada en 1943. Se casó con un compañero de estudios, el diplomático Gurgel Valente. Los continuos viajes acompañando a su esposo  disgustaban a la sedentaria escritora, que siempre consideró a Brasil su única patria. Tuvo dos hijos en esos años, hasta su divorcio en 1959. Lispector firmaba sus artículos de prensa con el seudónimo de Tereza Quadros. En 1960 publicó su primer libro de cuentos, “Lazos de familia”. Los investigadores de su prolífica obra suelen diferenciar los cuentos de las novelas de la autora, que discrepaba: ella consideraba su obra una unidad. Su estilo hermético, en que las palabras resultan siempre enigmáticas, fue considerado incluso desde un prisma sicológico y/o filosófico. “La manzana en la oscuridad” (1961) es otro ejemplo de lo que ella llamaba su “no estilo”. “Felicidad clandestina” (1971), “La ciudad sitiada”, “Aprendizaje o el libro de los placeres”, “Agua viva”, “La lámpara”, “Un soplo de vida” son algunas de sus obras más conocidas.

“La pasión según G.H.” es considerada su obra maestra. Es una novela que no es tal, con una protagonista, G.H., emancipada, profesional, que vive en un soleado departamento, va a discotecas y se relaciona fácilmente con la gente. Hasta que un día, sola en su departamento, encuentra una cucaracha en el pasillo.S u dilema existencial empieza así.

En 1966, Lispector, fumadora habitual, dejó un cigarrillo encendido en su cama, que incendió su dormitorio. Las graves quemaduras de la mitad de su cuerpo le causaron una depresión y cierta incapacitación para seguir escribiendo. Murió en 1977 de cáncer de ovarios, la víspera de su cumpleaños y  pocos meses después de la publicación de la que sería su última novela, “La HORA DE LA ESTRELLA”. Esta obra fue llevada al cine en 1985; recrea la casi estólida existencia de sus antiheroicos protagonistas: Macabea, la oficinista nordestina que lleva una vida anodina en la ciudad, y el pretencioso y más ridículo todavía Olímpico de Jesús. Existe un tercer personaje, Rodrigo, que narra parte de la historia con final trágico, absurdo. Macabea, que es la antítesis de la ¿perfecta? G. H. (antes de su meeting con la cucaracha) cree en el vaticinio  que le hace una adivina del brillante futuro que la espera: “Sólo sé ser imposible, no sé otra cosa. ¿Qué puedo hacer para ser posible?”.

Lispector corregía mucho sus libros, pero perdía todo interés por ellos en cuanto se editaban. A la pregunta: ¿Nunca relees un texto tuyo? respondió: “No, me da náuseas. Cuando se publica es un libro muerto. No quiero saber nada más de él. Y cuando lo leo me suena extraño, me parece malo”.

Murió en Rio de Janeiro en 1977. Fue enterrada en el cementerio judío de Cajú. Su epitafio fue extraído de “La pasión según G.H.”: “Dar la mano a alguien siempre fue lo que he esperado de la alegría”.