Paisajes de Luz

Por Ross Postigo

 “Paisajes de Luz”, la primera muestra individual del artista francés Joanie Lemercier, se exhibió en la Alianza Francesa de Arequipa hasta el 24 de febrero.

Es una excelente exposición inspirada en la naturaleza y paisajes creados a través del uso de proyecciones de luz y algoritmos, que nos remontan a la idea de colaboración entre el ser humano y la tecnología. A través de cinco piezas de instalación, Lemercier nos invita a contemplar formas básicas y paisajes creados a partir de softwares, los mismos que juegan con nuestra percepción, para finalmente enfrentarnos a paisajes reales que están siendo destruidos por esa misma tecnología.

Joanie Lemercier es un artista visual pionero en el uso del videomapping, pero también es un activista ambiental que, con su obra, ha tomado posición de protesta frente a la contaminación ambiental y sus consecuencias palpables en el cambio climático.

Esta exposición, que ha viajado por Madrid, Ciudad de México, Lima y que hoy tenemos en Arequipa, nos propone una experiencia sensorial que nos invita a la calma y a la contemplación. No es una exposición que pueda apreciarse en pocos minutos, las piezas nos invitan a detenernos frente a ellas y en un estado de calma contemplar lo que allí sucede.

En Arequipa, la exposición está formada por un conjunto de cinco piezas visuales de diferente técnica y que se complementan entre sí para formar una sola unidad. En la última pieza titulada Slow Violence, el artista nos sigue invitando a la contemplación, pero esta vez a la contemplación de la destrucción del paisaje real a causa de la industria de la extracción, pieza con la cual nos termina por enfrentar al mensaje de su obra.

Paisajes de Luz, nos muestra la crudeza de la sobreexplotación de la naturaleza en un continente de primer mundo, lo cual hace inevitable pensar en la realidad nacional y local donde los conflictos medioambientales son también vigentes. No es necesario colocarnos en ningún bando extremo, tampoco considero que sea la intención del artista. Sin embargo, Lemercier busca hacernos cuestionar y reflexionar sobre cuáles son los límites de la explotación de los recursos naturales, en donde los beneficios que pudiera ofrecer no se conviertan en ínfimos frente a los perjuicios globales que la destrucción de nuestra biodiversidad y la contaminación ambiental están causando al planeta y que ponen en riesgo nuestra existencia como especie.

Por otro lado, es necesario señalar que es la primera vez que llega a nuestra ciudad una exposición de esta naturaleza, por lo que también resulta necesario reflexionar sobre los espacios expositivos con los que contamos y sobre los presupuestos que estos manejan. ¿Tenemos galerías correctamente implementadas para alojar exposiciones internacionales de esta magnitud? ¿Los centros culturales que cuentan con grandes espacios manejan los presupuestos adecuados para montar en sus salas exposiciones que exigen grandes presupuestos, ya sea de artistas internacionales o locales? Es necesario reflexionar sobre esto, pues la ciudad adolece de ambos problemas: de falta de espacio y de falta de presupuesto. Estas carencias suponen, sobre todo para los artistas locales, obstáculos difíciles de sortear.

Paisajes de Luz, se instaló en Arequipa en una versión reducida debido a la falta de espacio en galería. Sin embargo, es loable el esfuerzo y gestión que ha hecho la Alianza Francesa de Arequipa para recibir una muestra internacional de esa envergadura y saber adaptar sus espacios para que esta tenga la misma capacidad de atrapar a los visitantes y llevarse consigo las reflexiones propuestas por su autor. Por primera vez y con motivo de esta exposición, la galería Luis Bouroncle Barreda ha abierto una sala adicional, donde se exhibe la pieza “Montagne”. El director, Florian Ebri, ha confirmado que esta nueva sala será parte permanente de la galería para futuras exposiciones. Lo cual ha dejado entrever cómo el arte ha ganado terreno. ¡En hora buena!

La exposición de Lemercier es innovadora en nuestra ciudad y, además, toca un tema sensible. Es por ello que esta muestra debe permitirnos hacer reflexiones más allá de ella misma. Así como su presencia nos ha invitado a cuestionarnos sobre los presupuestos y espacios con los que contamos para mostrar arte en la ciudad; también nos invita a cuestionarnos sobre la libertad de discurso en el arte local. ¿Cuántos centros culturales o empresas privadas están dispuestos a financiar grandes exposiciones de artistas locales que aborden una temática similar? ¿Tiene que venir un artista internacional para hablarnos de la problemática de la industria de la extracción? Considero que el problema no es la falta de artistas y mucho menos la falta de reflexión, es un problema de espacios, presupuesto y, principalmente, de validación.

Que la presencia de “Paisajes de Luz” en la ciudad nos sirva para pensar en la necesidad del arte como portador de mensajes que en libertad nos permite también cuestionarnos sobre problemáticas globales.