“Pulsión”

Reseña de la revista, por Willard Díaz

Por casi cien años el mundo psicoanalítico internacional fue un campo de batalla entre diversas escuelas, tendencias e incluso autores y epígonos en el que cada cual defendía su mejor lectura del maestro Freud. Al parecer desde hace un par de décadas más o menos la situación está cambiando y así es que hoy podemos leer textos que no empiezan por señalar con el dedo a alguien.

“Pulsión”, revista de Psicoanálisis, Sociedad y Cultura, heredera y ahora parangón de la tradición psicoanalítica interdisciplinaria liberal peruana, editada impecablemente por un grupo destacado de intelectuales asociados a la Universidad Católica de Lima, acaba de lanzar su primer número.

No se trata de una revista de investigación propiamente dicha, su propósito parece más amplio, de divulgación, de ensayo, de invitación al lector a ingresar en un campo de pensamiento moderno sin dogmas pero con ideas urgentes para el debate nacional.

Encontramos, entre otros, un artículo de Marcos Herrera sobre “Cómo ayuda el psicoanálisis” que enmarca al parecer la concepción que anima a los redactores de Pulsión. Luego tenemos un ensayo del codirector de la revista, Carlos de la Puente, “Psicoanálisis y Filosofía: La Teoría Crítica y Donald Trump”, una entrevista a la destacada psicoanalista, la primera en Perú, Matilde Ureta, que con gran lucidez traza no solo el paso de su carrera personal sino los derroteros de la profesión en el Perú. Su expectativa por el final del psicoanálisis o su transformación científica parece un oráculo. Juan Carlos Tafur, el otro director de la revista, es autor de “El erotismo chilla contra la naturaleza”; Hernán Chaparro ensaya sobre “Las emociones en la política”, importantísimo tema y poco atendido; Gonzalo Gamio ofrece precisiones sobre “La actitud liberal”, al final el filósofo Miguel Giusti cierra con justicia la revista con un emotivo ensayo sobre el presente del país: “Tiempos apocalípticos”. Conviene citarlo: “La historia nos está cobrando todas las deudas por lo que hemos dejado de hacer para construir una nación más solidaria. Pese a que existen fuentes culturales valiosas que podrían aunarnos en un proyecto común, es difícil mantener la esperanza. Son sombríos estos tiempos apocalípticos”.

Al final de la revista hallamos importantes reseñas de libros de Ciencias Sociales y de obras literarias. Faverón critica con inteligencia el publicitado libro de Gustavo Rodríguez “Cien cuyes”; Danilo Tapia comenta “La travesía de la libertad. Ensayos sobre Hegel” con rigor; Rosa María Palacios” critica el libro de Pedro Salinas “Sin noticias de Dios”; Cecilia Bákula comenta la obra “Los conservadores” de Fernán Altuve; Alonso Rabí reseña el libro de reflexiones metaliterarias “Hasta perder el aliento” de Guillermo Niño de Guzmán; el narrador sanmarquino Selenco Vega analiza el conjunto de microrrelatos de Giovanna Polarollo “Matusalen”. El comentario amistoso de Alonso Cueto sobre “Un bárbaro en París”, de Mario Vargas Llosa completa la sección.

En 1999 SIDEA publicó un conjunto de libros con una selección de las actas de la Conferencia Internacional “En el umbral del milenio” realizada en Lima el 98. “Pulsión” no recuerda en corto el espíritu interdisciplinario, crítico, riguroso de aquél proyecto psicoanalítico, cultural y político.