Por Fátima Carrasco
Pinjas Kahanovich eligió un seudónimo literario adhoc: Der Nister (“El Oculto”). Como Conrad y Vassili Grossman, nació en 1884, en Berdichev, la ciudad ucraniana donde fueron exterminados miles de judíos.
Der Níster fue víctima no sólo de las circunstancias sino de las distintas, opuestas interpretaciones de su obra, la monumental “La Familia Máshber” -Máshber significa crisis-, una de las cien obras mayores de la moderna literatura yiddish.
El tímido y delicado Pinjas fue poeta simbolista y trabajó redactando fichas técnicas o como profesor de yiddish —precaria y semi legalmente— junto a su esposa, también profesora. Debutó en la literatura a los veintitrés años con “Vilna”, poemas en prosa. Con su amigo Marc Chagall creó un programa específico artístico educativo para huérfanos judíos víctimas de pogromos. Tras vivir en Berlín, regresó a la URSS en 1920.
El lúcido Pinjas escribía a su hermano Motl: “El simbolismo no tiene sitio en la URSS, y como sabes, yo siempre he sido un simbolista. No es posible, para alguien como yo, que se ha esforzado en perfeccionar un método y estilo, pasar del simbolismo al realismo. Es muy duro, no es cuestión de técnica. Habría que nacer de nuevo y dar vuelta al alma de dentro para afuera”.
“La Familia Máshber” narra el declive de una familia yiddish, en ocaso de una era, en la ciudad de N. —trasunto de Berdicév—, en una atmósfera brumosa y por completo anacrónica -la acción transcurre en el siglo XIX-. En palabras del autor “Los he retratado acompañados de todas sus míseras pertenencias y sin menoscabar ninguna de sus particularidades, con el fin de mostrar lo patéticos que resultan incluso sus “mejores” representantes, los que a menudo se esfuerzan por escapar de aquella oscuridad hacia algún rayo de luz, por imposible que fuera”.
El primer volumen fue publicado en Moscú en 1939, en la editorial La Verdad-otro detalle simbólico-realista-. El segundo volumen, en Nueva York, nueve años después, dedicado a su hija, poeta, muerta de hambre en el cerco de Stalingrado de 1942. Se cree que el tercer volumen fue destruido por la NKVD-pre-KGB-.
Inicialmente, “La Familia Máshber” fue bien acogida no sólo por los lectores, sino por la nomenklatura, que, irónicamente, la consideró como una novela de realismo social, aunque después calificaron a Der Níster como reaccionario y prohibieron sus publicaciones. Por otro lado, la novela desagradó al colectivo yiddish, que consideraba que el autor era un detractor de su propia cultura.
Der Níster escibió reportajes sobre la realidad soviética y en otra carta confesaba: “Hasta ahora me resultaba difícil escribir porque invertía (malgastaba) todo el tiempo en ganarme la vida. De mis escritos anteriores no he podido recibir ni un kópek…Y debo escribir mi libro; sino, dejaré de ser una persona; sino, seré borrado de la literatura y de la vida. Porque no necesito decirte lo que significa ser un escritor que no escribe. Significa que no existe, que no tiene sustancia en el mundo”.
En 1996 el profesor Peter B. Maggs, de la Universidad de Illinois encontró el archivo secreto de la orden de detención de Der Níster, el sábado 19 de febrero de 1949. Pinjas fue uno de los autores judíos miembros del Comité Judío Antifascista que serían fusilados en 1952. El antisemitismo del sicoparanoide Stalin se inició en 1947, y fue conocido como la Zhdanovchina, ya que las órdenes de arresto las firmaba Andréi Zhdánov, ministro de Seguridad.
Según relata la esposa de Der Níster, este “recibió a los agentes de la NKVD con una sonrisa de sorna, lo que les irritó muchísimo. El oficial que dirigía el registro se puso a gritar: “Muéstranos dónde escondiste las armas y los escritos secretos”. Der Níster, indiferente, respondió: “¿Por qué se enfadan ustedes? Estoy muy contento de que hayan venido. Me perdonarán, respetables caballeros, pero éste asunto no les concierne en absoluto. No los escribí para ustedes y mis manuscritos se encuentran en lugar seguro”.
El 4 de junio de 1950, en el hospital del gulag al que fue condenado, Der Níster murió.
Su muerte fue confirmada en 1960. Su obra, pese al infortunio, ocupa el lugar que merece.