El quechua trivocálico

Entrevista a Neil Palomino, por Willard Díaz

La lingüística, con ser una ciencia general y abstracta, enfrenta desafíos diferentes según la ciudad o región en la cual se estudia y se practica. No es lo mismo realizar investigación o enseñanza de Lingüística en Cusco que en Puno, y menos en Arequipa. En Cusco buena parte de la población es quechuahablante, otra es bilingüe y el resto hispanohablante. En Puno la mayoría es aimarahablante. En Arequipa al contrario, la lengua dominante es el español. De modo que los estudios profesionales de los lingüistas en el sur del Perú tienen objetos diferentes, urgencias distintas, diferentes compromisos sociales en cada lugar.

En Cusco conversamos con el mayor especialista académico en quechua, el profesor Neil Palomino, narrador y además responsable del Fondo Editorial de la Universidad Nacional San Antonio Abad, de excelente gestión.

Le planteamos el problema que las tres o las cinco vocales del quechua. Resultó una erudita argumentación de la cual damos un resumen aquí.

WD ¿Por qué defiendes el quechua trivocálico con tanta pasión?

En principio hay que tener en cuenta que una vocal o una consonante, son fonemas. Los fonemas son modelos ideales de sonido que cada hablante asimila en su cerebro. Son modelos ideales, no lo que se pronuncia. Lo que se pronuncia es Fonética se denomina “fono”. El fono es la pronunciación real.

Corresponde a la Fonología determinara cuántas vocales y cuantas consonantes tiene una lengua, en cambio las distintas pronunciaciones que cada hablante hace del modelo ideal son estudiadas por la Fonética.

Por esa razón, en el caso del castellano, tenemos la palabra italiana “pizza”, pero al momento de pronunciar unos dicen picsa, otros pikza, con K; otros simplemente pitza. Todos creen que están pronunciando el ideal.

El fonema es, como modelo ideal, invariable. En cambio al momento de pronunciar lo hacemos como podemos.

WD. ¿Qué ocurre con los pentavocalistas?

N.P. Ellos creen que se debe escribir como se pronuncia. Nadie lo hace. Si estoy afónico pronuncio de un modo; si estoy ebrio, de otro; si no es mi lengua, de otro. La escritura siempre se ha establecido según los modelos ideales de sonido. Con tantas pronunciaciones posibles de una vocal o de una consonante, ¿cómo podríamos escribir? Para evitar un caos grafémico se procede al modelo, al fonema. En castellano “casa”, vivienda, no se escribe con K, como debería ser.

Recuerdo al actual presidente de la Academia de la Lengua quechua, quien dice que las lenguas deben escribirse como se pronuncian. Él apellida Hermoza, con H, con Z. Entonces debería escribir su apellido sin H y sin Z, como lo pronuncia.

La escritura se establece desde la Lengua, no desde el Habla.

WD. Pero habrá razones históricas.

N.P. En 1929 se funda la fonología, que estudia a los fonemas. El autor es un ruso, Nikolay Trubetskoy. En “Principio de la Fonología”, editado tras su muerte, establece ocho principios. Considera que la Fonología es una criba, a la que llegan todos los sonidos y salen solo los sonidos distintivos. El principio de la distinción, no de sonido sino de significado, permite distinguir las palabras. Que al cambiar el fonema la palabra cambie de significado. “Torno” cuando cambias a “turno” significa otra cosa.

¿Qué pasa con los quechuablantes pentavocálicos? Yo hablo quecha Cusco y digo “waiqe”, pero también existe “waike” con K; y “wauqe”; todos son “hermano”. En fonología cada uno es un Alófono, la distinta pronunciación de un mismo fonema.

El otro principio es el del Par mínimo. Son dos palabras que varían en un solo fonema. En el quechua, hasta el día de hoy nadie ha podido encontrar un par mínimo. Como “mesa” y “misa”, que varían en una sola; en quechua no es posible: “wauqe” y “wayki” varían en varias letras; ya no es par mínimo.

El trivocalismo te dice “escribe así, y pronuncia como puedas”. La “e” y la “o”, en quechua aparecen únicamente con el fonema Q, que es de origen puquina. Y está demostrado que el puquina era una lengua de seis vocales.

Los primeros incas hablaban puquina. Una lengua de tres vocales que se hablaba en Cusco, se encuentra con una lengua de seis vocales. Esto no pasó en Ayacucho ni en Cajamarca. En Cusco hubo un contacto de lenguas, puquina con seis vocales y quecha con tres vocales. “Qosco”, “Qeñua”, con Q son de origen puquina. La Q en quechua cusqueño suena como doble K: “KKosco”.

Si el quechua fuera pentavocálico ya no habría lo que llamamos Interlecto: la diferencia de vocales o consonantes de lengua a lengua. Si hay la misma cantidad de vocales o de consonantes no hay diferencia, pero cuando varían se produce el “motoseo”, el interlecto.

El inglés tiene doce vocales, por eso el castellanohablante motosea cuando habla inglés. Un norteamericano escucha el español y dirá que tenemos doce vocales.

¿Quiénes dicen que el quechua tiene cinco vocales? Los que están con el castellano. Cuando el quechuahablante escucha a un hispanohblante dirá que esa lengua tiene tres vocales: dirá “pilota”, “prosor”, porque para él solo hay tres vocales. Si el quechua tuviera cinco vocales como el castellano, ya no habría motoseo.

Toda palabra castella con “e” “o”, la “e” se convierte en “i”; y la “o” se convierte en “u”. Como usted sabe, en Cusco existe una palabra que es “Santuranticuy”. ¿Por qué “Santu” si el quechua tuviera “o”.

WD. Pero con el contacto tan fuerte de lenguas, con el obligatorio aprendizaje de español en los colegios, ¿ya no ha derivado el trivocalismo a pentavocalismo en la práctica?

Por lo menos en el Cusco urbano sí ha pasado eso. Pero en el Cusco rural no. Es probable, sí, que en algún momento el quechua rural también cambie. Pero la “conciencia fonológica” permite el motoseo. El sonido de las letras se aprende desde el nacimiento, con la lengua de nuestra madre.

Cuando aprendes inglés en Cusco te enseñan la fonética y no la fonología. Ninguna lengua se enseña así. Acaba uno aprendiendo “spanglish”.

Mi profesora de portugués en la San Marcos el primer mes nos hacía ver “El Chavo del 8” en portugués, sin entender lo que decía, solo para captar el tonito del portugués. El sonido propio de cada idioma primero, después la escritura. Cada legua tiene diferentes tonos y diferentes fonemas.