Por Augusto Vera Béjar
En las últimas décadas, mucho nos hemos quejado los arequipeños de la falta de apoyo del Estado hacia los nuevos talentos musicales de la ciudad y paralelamente, en artículos y libros, nos hemos sentido orgullosos de lo brillante que ha sido nuestro pasado en cuanto a compositores e intérpretes. En ese aspecto, hemos repetido siempre los ilustres nombres de Luis Duncker Lavalle, Pedro Ximénez Abrill Tirado, Aurelio Díaz Espinoza, Manuel Aguirre, Octavio Polar, Benigno Ballón Farfán y otros. Pero, por alguna razón que no logro descubrir, muy poco hemos dicho acerca de algunos jóvenes arequipeños que, sin esperar el apoyo del Estado, por impulso propio y normalmente con el apoyo de sus familias, han decidido salir del país y han logrado llegar a niveles tan altos de estudios y perfección que resulta difícil comparar su impronta con la de nuestros ilustres representantes musicales de tiempos pasados debido también, claro está, al hecho de que hace un siglo los talentos musicales se formaban en su mayoría en forma autodidacta pues no existían en la ciudad maestros que pudieran compartir sus altos conocimientos con los jóvenes ávidos de dedicarse a la vida musical académica.
Jimena Burga Lopera, siendo una niña, empezó a recibir clases de violín de jóvenes violinistas arequipeños como Milagros Bedoya, Andrés Aliaga, César López y Enrique Victoria quienes vieron en ella un talento innato para la música y en especial para la ejecución del violín, lo cual no resultaba extraño pues la pequeña es integrante de una familia que por varios años ha tenido estrecha relación con la música.
Ya a los siete años actuó como solista junto a la Orquesta Sinfónica de Arequipa y la Orquesta Sinfónica Nacional. En Arequipa, siendo todavía adolescente, actuó como solista con las diversas orquestas juveniles que existen: la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Universidad Católica San Pablo, la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Agustín y la Orquesta Sinfónica del Sillar.
Pero en cuanto terminó sus estudios secundarios se dirigió a los Estados Unidos de Norteamérica donde en el 2023 se graduó con honores obteniendo el Bachelor en performance de violín en la Jacobs School of Music de la Universidad de Indiana, Bloomington, donde estudió violín moderno con Simin Ganatra, y violín barroco con Stanley Ritchie e Ingrid Matthews. Hasta allí se podría decir que Jimena había logrado ya la cumbre de su carrera musical como violinista y que no habría mucho más que hacer. Sin embargo, para ella fue el momento de ampliar su visión y postuló a la más prestigiosa escuela de música de los Estados Unidos, The Juilliard School, conservatorio de artes situado en el Lincoln Center de Nueva York y que habitualmente tiene una baja tasa de admisiones a nivel mundial, por lo que ingresar a estudiar en ella constituye una verdadera hazaña.
La joven arequipeña Jimena Burga Lopera logró ingresar en Juilliard con una beca completa, luego de las evaluaciones correspondientes y recientemente, el 17 de abril de este año, ofreció su recital de grado en una presentación barroca de tan alto nivel que constituye uno de los puntos más altos que haya logrado un joven instrumentista peruano en el extranjero. Durante el concierto actuó como solista en el violín barroco, interpretando obras de Bach, Rebel, Muffat y el Concierto para Violín en Mi menor D56 de Tartini. En el espectacular concierto estuvo acompañada de la orquesta de cuerdas de Juilliard y en estos días Jimena se graduará como Master en Violín Barroco. Sus maestros actuales son Cynthia Roberts, Rachel Podger, Elizabeth Blumenstock y Robert Mealy.
Pero Jimena nos tenía reservada una sorpresa, pues haciendo gala del amor por sus raíces peruanas estrenó, durante su concierto de graduación, a manera de presentación, una composición suya de diversas variaciones sobre Hanac Pachap, la primera obra polifónica compuesta en Latinoamérica en el siglo XVII dentro del llamado barroco peruano y que se estrenó y se sigue ejecutando en la hermosa iglesia de San Pedro de Andahuaylillas ubicada en la provincia de Quispicanchis del departamento del Cusco, a la que se ha llamado a menudo la Capilla Sixtina de los Andes.
Así, con matices tradicionales peruanos, fruto de su creatividad, Jimena se graduó en Juilliard y quiso de esta manera recurrir a su talento y a la vez a sus raíces peruanas para lograr lo que constituye un enorme éxito dentro de los instrumentistas arequipeños de todas las épocas: graduarse de master en ejecución de violín barroco en una de las más prestigiosas escuelas de música del mundo. Pero allí no termina todo; este verano asistirá becada a los festivales Carmel Bach String Quartet Academy y a American Bach Soloists, en donde actuará junto al mundialmente famoso grupo Les Arts Florissants, bajo la dirección de William Christie, en el Festival de Printemps, Francia. Jimena Burga Lopera es ya parte del orgullo musical no solo de su talentosa madre, la maestra Pilar Lopera Quintanilla, sino del pueblo peruano.
Javier Quintanilla Calvi, es un joven músico arequipeño, instrumentista de violín y picado desde siempre por el ánimo de investigar. Cuando todavía asistía a sus estudios secundarios en la ciudad, participó como violinista en la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Universidad Católica San Pablo y en diversas actividades juveniles de música clásica y popular. Al finalizar sus estudios secundarios y con la idea permanente de dedicarse a la investigación, dirigió sus pasos a España y logró ingresar a la Universidad de Salamanca, la más antigua del mundo hispano, en donde siguió con singular éxito los estudios de pregrado y maestría en Musicología. Gracias a sus méritos obtuvo un contrato predoctoral del Ministerio Español de Ciencia, Innovación y Universidades, gracias al cual está siguiendo el programa de doctorado en Historia del Arte y Musicología y paralelamente cumple labores de colaboración docente en el Grado en Historia y Ciencias de la Música de la famosa Universidad.
Durante todos sus estudios ha mostrado gran interés en investigar la música peruana de la época virreinal. Cristalizando ese deseo, ha orientado su investigación doctoral hacia el análisis de los imaginarios musicales relacionados con el ámbito peruano virreinal de los siglos XVI y XVII. Para ello trabaja contextualizando distintas fuentes interdisciplinares de dicho período, que abarcan desde las Crónicas de Indias y registros eclesiásticos coloniales hasta diccionarios históricos y repertorios musicales específicos, procurando comprender su lugar en la cultura y el pensamiento de la época. En ese sentido, la tesis de Javier se enmarca en los estudios de los circuitos e intercambios de ideas musicales entre el Perú y el resto del mundo hispano de la Edad Moderna.
Javier Quintanilla Calvi, pese a su juventud, ha ingresado en el campo de la actividad académica ofreciendo conferencias cada vez que llega al Perú en uso de sus vacaciones. Es ya un orgullo no solamente para sus padres, destacados académicos, Alonso Quintanilla Pérez-Wicht y Patricia Calvi de Quintanilla, sino para Arequipa y el país.