Georgi Ivánovich Gazdánov

El más francés de los escritores rusos

Georgi Ivánovich Gazdánov nació en San Petersburgo en noviembre de 1903.Su padre era guardabosques, de modo que Gaito -el nombre con el que publicaría su obra- creció en Siberia, Tver, Poltava y Járkov. A los 16 años, el joven Gaito se unió al Ejército Blanco, y cuando llegó la derrota fue a Crimea, Turquía y finalmente a París. Allí trabajó como obrero en la fábrica Citroen, fue estibador, profesor de ruso, limpiador de trenes, oficinista en la editorial Hachette, y finalmente taxista nocturno, oficio que desempeñó desde  1928 hasta 1952.Fue asiduo colaborador de publicaciones literarias, como miembro del llamado Russky Montparnasse, y siempre escribió en ruso. Su primera novela, “Una noche con Claire”, editada en 1929, bien podría llamarse “Una noche consigo mismo”. Tras el argumento principal de un affaire con una chica a la que  reencuentra tras varios años, el autor reflexiona sobre los hitos de su propia existencia. Así, recuerda que sus lecturas infantiles fueron Dostoievsky y Cervantes y que a los ocho años escribió un relato sobre un cazador de tigres. Muy apegado a su padre, dice: “El destino no cuidó a mamá por mucho tiempo: primero murió mi hermana mayor, por una operación tras un corte de digestión por un baño antes de tiempo. Luego, cinco años más tarde, murió mi padre y finalmente, durante la Gran Guerra murió mi hermana menor a los nueve años, después de dos días con escarlatina”. Gaito se unió al ejército tras  todo ello: “me sentía avergonzado de mí mismo y del hecho de seguir vivo”.

Escribió nueve novelas, algunas traducidas al castellano recién en 2010, como la notable “Caminos Nocturnos”, editada en 1941. En ella narra sus experiencias como taxista: “mi destino había consistido en una acumulación de experiencias tan desagradables como absurdas”. La obra recuerda a “Miseria en París y Londres”, de Orwell. Gaito describe a coccottes, connacionales suyos ilustrados y/o desquiciados, clochards, toda la variada gama de personajes con los que se ve obligado a relacionarse, desde la distancia emocional: “separado de mi patria por aquella distancia infinita… me encontraba condenado a ir volviéndome poco a poco más ciego y a ir perdiendo interés a cada paso que daba en todo lo que no me concernía  de manera directa”.

Durante la II Guerra Mundial se incorporó a la Resistencia. En 1953 comenzó a trabajar en Radio Liberty. Entre 1955 y 1966 no publicó ningún libro. Posteriormente editó dos novelas, incluyendo hay una póstuma e inconclusa.

Se considera -con razón– que su obra maestra es “El espectro de Alexander Wolf”, editada en 1948. Es otra gran historia sobre  la culpa, el destino y la traición narrada genialmente en primera persona: “En la sucesión de hechos que componen la vida de un hombre hay siempre algo de milagroso”. Como en sus otras obras, prevalece el factor 6 grados de separación y el tono introspectivo. Fue en los años cincuenta cuando, merecidamente, los críticos literarios franceses le denominaron el más francés de los escritores rusos.

Gaito murió en Munich en 1971. Sus obras se publicaron en su país tras el fin de la URSS.

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