Entrevista, por Willard Díaz
“La universidad es lo que publica” reza un lema académico. Con esa idea algunas universidades públicas intentan darle presencia a su institución en el mundo científico académico nacional e internacional. En Tacna, la Universidad Nacional Jorge Basadre Grosman encomienda a su oficina de Publicaciones la delicada tarea de las ediciones. En esa oficina nos atiende David Salamanca.
¿En qué consiste el proyecto editorial de la Basadre?
Somos el Fondo Editorial, que nos dedicamos a los dos aspectos básicos de la difusión, la publicación de revistas científicas indexadas en bases importantes, y también a la publicación de libros que son los resultados de investigación de nuestros docentes.
Nosotros dependemos del Vicerrectorado de Investigación, nuestra misión es que se cumpla con el último paso de la investigación que es la publicación y divulgación. Como sabemos, en el ámbito científico y académico si la investigación no se publica y no pasa crítica es como que no existiera.
Actualmente como Unidad editorial —el nombre que nos identifica— tenemos en nuestro portal treinta y dos libros. Un cincuenta por ciento son resultados de investigación; y también hemos editado libros académicos que son de apoyo para los docentes.
Los académicos que más publican libros son de ciencias de la salud y también los de educación, que son los ámbitos que tienen la mayor cantidad de trabajos de investigación realizada en nuestra universidad.
¿Cómo va sociales?
No tenemos muchos libros, ellos están más interesados en las revistas. Como en todas partes, las ciencias duras son las que tienen mayor producción. A las humanidades, a lo social, tanto a nivel nacional como internacional, no se les concede mucho peso.
¿Y de literatura, qué publican ustedes?
Sobre todo análisis de la literatura tacneña y creación tanto poética como libros de cuentos. Por lo común el autor decide sobre su libro sin recurrir a nosotros. Por ejemplo, publicamos el libro del profesor Juan Torres, “El retorno de los griegos”, que combina su producción literaria con la filosofía y la crítica. Tenemos otro libro de los egresados de la universidad que hacen poesía en los años 90. Tenemos un estudio del profesor Saúl Domínguez, “La literatura tacneña”, que va desde Federico Barreto hasta la actualidad revisando el canon local; la obra poética reunida de Alberto Paucar; y el libro de cuentos del profesor Edmundo Motta, “Caballeros de paso”, entre otros.
¿Y cómo planifican sus publicaciones?
Hay plan anual, y uno quinquenal. Los libros deben estar dentro de las líneas de investigación de las diversas Facultades de la universidad. En los últimos años hacemos convocatoria general. Había antes muy poca propuesta de libros, pero ahora se ha incrementado. Cada año programamos una campaña de divulgación en toda la universidad. Ahora mismo estamos en pleno plazo de convocatoria y ya nos van llegando los pedidos, las propuestas.
Habíamos calculado recibir solamente veinte propuestas de libro. Pero hasta el momento tenemos treinta y siete para editar el próximo año.
¿Y cómo los seleccionan?
Tenemos un comité editorial, que lo encabezan el rector, el vicerrector de investigación, nuestro jefe de la unidad editorial, y además están representadas cada una de las facultades. Ellos son los que da un primer dictamen: qué obras cumplen con los requisitos de calidad básicos, y se puedan publicar.
Tratamos como entidad pública que todos los libros sean de acceso abierto: se publican en el portal de la universidad y cualquier persona nacional o internacional los puede bajar libremente en PDF, el libro completo.
Nosotros sacamos pequeñas ediciones, porque como entidad estatal no vendemos los libros. Los libros se entregan una pequeña cantidad a los autores y el resto de ejemplares los destinamos a autoridades, visitantes, bibliotecas. En algunos casos didácticos los regalamos a los estudiantes de nuestra universidad.
¿Y tienen algún proyecto para el centenario de Tacna?
Por los cien años de la reincorporación vamos a sacar dos libros: uno sobre el aspecto histórico, arqueológico, lo que han sido estos cien años y otro sobre Torata, que estuvo en un poder de Chile casi cincuenta años. Sobre la provincia estamos en diálogo con el gobierno regional, la municipalidad, para potenciar y hacer una labor coordinada.
¿Cómo determinan la cantidad de ejemplares?
Sacamos doscientos cincuenta ejemplares, cien para el autor y ciento cincuenta nos quedamos para distribuir entre instituciones educativas.
¿Todo esto es financiado por vuestro presupuesto universitario, o tienen apoyo de la empresa privada?
Nuestros treinta y dos libros han sido publicados únicamente con recursos de la universidad.
¿Cómo se conforma vuestra unidad?
Tenemos un jefe que es profesor. Hay un cuerpo administrativo. Nuestro jefe tiene que ser un investigador académico, un investigador Renacid. Luego tenemos en oficina lo básico, alguien que hace los ajustes ortográficos y corrección lingüística. También hacemos uso de servicios externos, por ejemplo diagramador, dibujante. Normalmente nosotros sugerimos al autor una presentación visual.
Nuestro equipo era bastante pequeño, hasta hace poco no pasamos de tres personas. Es que prácticamente casi todos los servicios son ahora externos. La impresión, la mandamos afuera. Un veinte o treinta por ciento de la edición nosotros nos encargamos. El resto tenemos que tercerizar. Lo importante es concebir los proyectos, coordinar con los profesores, recibir las investigaciones y pasar por revisores pares de calidad, que sean externos.