Por Gabriela Caballero Delgado
Lo fantástico ha sido cultivado notablemente desde antes de la aparición del Boom hispanoamericano. A los nombres de Cortázar, García Márquez, Carlos Fuentes, Borges, Rulfo… que, con toda seguridad, acuden a la memoria de los lectores cuando se piensa en esta temática, habría que añadir también los de sus coetáneas, como la argentina Silvina Ocampo o la mexicana Elena Garro. Por supuesto, otras mujeres las antecedieron y han surgido después muchísimas voces femeninas que siguen desenvolviéndose con soltura y maestría en el desarrollo de este género.
Aun cuando gran parte de las historias fantásticas que nos han sido narradas oralmente vienen de la boca de nuestras madres y abuelas, resulta curioso que sea esta misma naturaleza femenina la que se ha utilizado como fundamento para, si no relegar los nombres de escritoras fantásticas en el olvido, propiciar una menor difusión de sus obras. Tal como explican Teresa López- Pelliza y Ricard Ruiz Garzón en la introducción del libro Insólitas. Narradoras de lo fantástico en Latinoamérica y España (Páginas de espuma, 2019), que compila los cuentos de veintiocho narradoras a las cuales bautiza como “hijas de Metis”, en honor a la titánide Metis: primera esposa de Zeus, quien, advertido que hombre o mujer nacido de esta antigua diosa gobernaría el mundo, decidió devorarla estando ella embarazada. Sin saber (o quizás sabiéndolo) que, con este acto, trasladaba el parto hacia él mismo, propiciando que de su frente masculina naciera Atenea, adulta, vestida con armas de varón y sin ningún referente femenino. Para la poeta catalana María Mercé Marçal, reseñada también en el libro Insólitas, dicha ingestión representa una apropiación de la fuerza femenina con la intención de invisibilizarla, lo que explica la ausencia de representaciones gráficas de esta diosa más allá de un grabado donde aparece diminuta bajo la silla del supremo dios olímpico. Así también el nacimiento de Atenea es el significante de la feminidad como una construcción conceptual masculina.
No obstante, quien imagine encontrar en este libro únicamente cuentos feministas (que también los hay) o discursos que acentúen la polémica de si existe o no literatura fantástica femenina, habrá de chocarse contra la pared; pues no es del todo cierta la existencia de una temática propia o exclusiva en la literatura hecha por mujeres, cómo sí hay temas y personajes escritos por hombres y por mujeres, desde su propia forma de percibir o entender el mundo. Insólitas aborda el género fantástico en sus dos vertientes mayores: la fantasía (ciencia ficción, terror) y lo maravilloso (real maravilloso, fantasía épica, fantasy). Allí se tocan temas diversos como la metamorfosis, la trasposición de almas, la violencia, la soledad, la discriminación, el tránsito hacia la vida adulta, la inestabilidad laboral, el fin de la humanidad, la búsqueda de libertad, la precariedad de la vida y de la muerte…
Una de las antologadas es la reconocida escritora española Cristina Fernández Cubas con su cuento “Mi hermana Elba”. Antes bien, dirigiré mi atención a otro de sus relatos celebrados: “El ángulo del horror”, a fin de ejemplificar una forma de interpretar lo fantástico desde su irrupción en la cotidianidad de los personajes. La historia se centra en la relación de dos hermanos que en el límite de su juventud descubren, de pronto, un ángulo de las cosas y los adultos que quiebra su realidad, horrorizándolos. Este es un tratamiento de lo insólito como símbolo de la trasgresión de alguna sistematización social; existen también otras formas, entre ellas, el entendimiento de una realidad donde lo fantástico y lo real convergen, alternándose y complementándose como dos caras de la misma moneda. Habrá algunos que adviertan esto con espanto; otros con asombro; pero habrá también quienes lo hagan con absoluta naturalidad. Ya Teresa y Ricard lo dicen: convivimos con lo insólito, por tanto, ya no lo es; insólito es no reconocer en el canon literario a varias de las antologadas, pese a su calidad. Que este libro se convierta en una invitación a conocer la obra individual de todas ellas.