Un estudio sobre la poesía de Roger Santibáñez
No siempre quien advierte el otoño en las hojas marchitas que van cayendo de los árboles, se ha detenido a examinar largamente el cambio progresivo del color en aquellas, el resquebrajamiento de su textura, el temblor repentino apartándolas de las ramas que antes les infundieron vida y ahora solo pueden constatar su desnudez; en tanto las ven caer en el ritmo ondulante de cualquier viento, aun el más leve. Si hay quienes perciben los signos de este ciclo vital, es probable que sus pensamientos se orienten por el sendero reflexivo del tiempo y su inevitable transcurrir. Sin embargo, no todos arribarán en los terrenos de la poesía.
Por fortuna, Roger Santiváñez ha logrado ejercitar siempre con soltura su arte poética y se vale de aquella imagen estacional, para adentrarse con tono nostálgico en su propia interioridad. Así, la contemplación suavemente melancólica de la caída de las hojas en contraste con el verdor continuo del césped, no solo es la expresión íntima del poeta dialogando con su propio tiempo, sino alude también a un tópico universal: la temporalidad humana, volviéndose en una alegoría metafísica del hombre enfrentándose a Tánatos.
Son diez los poemas que conforman RAVENHILL, creados durante los últimos meses del otoño y principios del invierno americanos; los que con un criterio cíclico han sido organizados por el mismo autor en cuatro apartados: Introducción. RavenhillMansion. Sonetti. MansionInside, again.
Los primeros tres poemas que constituyen Introducción, desarrollan el tránsito de lo externo hacia lo interno. El yo poético situado en la terraza observa un árbol languideciendo fuera; repentinamente, el tiempo cambia y la lluvia lo obliga a resguardarse tras los cristales donde la muerte se irá transformando en belleza. Cabe resaltar aquí el juego de contrastes en el color: ocre (hojas marchitas) / verde (césped); y en el concepto espacial abajo/arriba. Acaso por su proximidad a la tierra (maternidad, nacimiento, origen), el césped se mantiene fresco y lozano en clara oposición con la agonía de las hojas situadas en lo alto del árbol (distanciamiento).
En RavenhillMansion, el único poema de este apartado sirve para transmutar el alma del poeta en la figura del árbol solitario. Se insiste en los colores como estadíos emocionales del hombre.
Sonetti reúne tres poemas a modo de sonetos en que el pasado asume un papel protagónico. Es la rememoración de la “zona lozana”, “anuarios”, “amor insepulto” “apus tristes” “canto que viene del sur”… La figura de la ventana que da inicio a estos versos cumple una doble influencia: por un lado, permite la continuidad de la contemplación externa; por otro, la interiorización hacia paisajes más íntimos.
Se concluye el ciclo con MansionInside, again. Aquí el tema se centra en la certeza de la inexorabilidad del tiempo con la llegada del invierno. El primer texto de este apartado (poema 8) es clave para comprender la metáfora de las hojas secas. Estas, amontonándose en el campo, son importantes no solo por su condición física flotando en la atmósfera de los poemas, sino además porque representan la temporalidad esencial en el alma del yo poético; quien encuentra en ellas el reflejo de una época feliz y efímera que vivió y no volverá a recuperar. Afuera, el invierno va extendiendo su dominio.
Aunque Roger Santiváñez persista en algunas características formales que definen su estilo —aliteración, confluencia de lenguajes, creación de símbolos personales, poesía sensorial, fragmentación de las palabras finales de los versos favoreciendo la rima perfecta, incrementando la posibilidad de nuevas lecturas y acentuando la sensación de soledad o herida—, con RAVENHILL el poeta se distancia de su poesía anteriormente social o erótica, como él mismo anuncia en determinado momento: “(…) mas se destiñen papelillo /trozado montones del olvido en / el que muere el poema plural”. Y nace el poema intimista.